He navegado sin rumbo, solo y sin saberlo;
he marchitado al tiempo con mis desplantes y sonidos.
He padecido el vértigo de la muerte en cada lágrima de mis noches... pero
Hoy me he dado cuenta que contigo la soledad es felicidad eterna.
(Deja que tu corazón vaya por delante, que el resto del cuerpo lo seguirá a donde quiera que vaya.)
He sacrificado al amor para renegar de su existencia.
He maldecido a mi suerte, siempre que me ha traicionado
pero con tu presencia hermano mío,
hasta el mismo infierno es dulzura y mis noches sabor a melancolía.
precioso.
ResponderEliminarY esa música madre mía que preciosidad de blog julio
Muchísimas gracias, May. Me alegra saber que has leído mi blog y que te guste la música.
EliminarUn saludo.