jueves, 1 de agosto de 2013

La censura mediática silencia que 3158 españoles se han suicidado por la crisis, 119 de ellos por desahucios.

España es un país que está resistiendo bien la crisis porque a pesar de la dureza y crueldad con que sus dirigentes tratan a los ciudadanos, la “paz social” es un hecho incuestionable, dice el economista hindú Raghuram Rajan, autor del libro Grietas del Sistema. Y no le falta razón, solo que las causas de esta “paz social” no están en la eficacia de los sindicatos y de los partidos de la oposición para vehicular todo el odio e indignación que suscita el saqueo permanente de esta “casta” o “partitocracia” que arrasa nuestra economía, sino que directamente se han unido a ella en detrimento de los propios españoles. Por eso la “paz social” en España, construida a costa de desarticular la sociedad civil para sustituirla por partidos y sindicatos subvencionados, se basa en un hecho oculto que provoca la ausencia de salidas y alternativas: 3.158 españoles se han suicidado, 119 de ellos por desahucios.

Esta semana ha ocurrido en Málaga, uno más. Leandro C.M.G., de 36 años de edad, se ha quemado a lo bonzo frente a la Junta de Andalucía, que le había negado una ayuda para atender a su madre, que falleció por ello. El político responsable, delegado territorial de Salud y Bienestar Social en Málaga, el socialista Daniel Pérez, se lavó las manos: “su expediente no se resolvió favorablemente porque no se presentó la documentación solicitada”.Hasta el presidente andaluz, José Antonio Griñán, se mostró inflexible: “no consta ninguna solicitud en la Junta de Andalucía”.

Su caso apenas suscitó unas líneas en la prensa ni generó interés en el resto de la sociedad, cuando este mismo hecho en Túnez, cuando el joven universitario y vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego y produjo desde 2010 una oleada de revoluciones y derrocamientos de partidos en el mundo árabe: Túnez, Egipto, Libia, Siria y ahora Turquía, donde la sociedad civil también ha hecho retroceder al “sultán” Erdogán manifestándose masivamente en la calle sin perder su capacidad de intimidar a los políticos.

La crueldad e insensibilidad de los políticos en torno al drama de la pobreza y el paro ha convertido a España en la vergüenza del mundo, sin que los poderes públicos se aperciban de la gravedad de la catástrofe para quienes la sufren. Este cataclismo ha obligado al movimiento 15-M a abrir una página en wikipedia para intentar cuantificar el número de suicidios en España relacionados con la crisis, cifra que va a aumentando cada mes. No están incluidas las tentativas como la del joven Leandro en Málaga, lo que incrementaría notablemente la cifra.

La situación parece evidenciar que en España, ante la falta de alternativas políticas, los ciudadanos optan por quitarse la vida antes que rebelarse contra el régimen o ayudar a su derrocamiento o sustitución. Algunos movimientos sociales están barajando la idea de dar a conocer los nombres de los políticos con cargo y sueldo vigente que desempeñan su labor en la provincia en la que se produce el suicidio de un ciudadano por las crisis, para poder hacerlos algún día responsables del mismo. El propio Leandro, con quemaduras en un 50% de su cuerpo que le han destrozado la vida, culpó a Rubalcaba y a la Junta de Andalucía por su desesperación. Los ciudadanos saben bien donde apunta el origen del drama.

Aunque la prensa y las administraciones públicas lo silencian, ya es oficial que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España, pues en 2011 aumentó  a 3.158 casos debido a la pobreza, al paro y a los desahucios, según el Instituto Nacional de Estadística. La enumeración se hace muy difícil en estos casos, que solo transcienden muy pocas veces a la prensa y cuya relación se publica en cualquier caso con mucho retraso. Uno de los escasos datos que se conocen fue divulgado por Tercera Información y Mundo Obrero, dos diarios que han investigado el drama y han estimado en 119 el número de personas que se quitaron la vida entre enero y noviembre de 2012 al ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca bancaria.



El desastre se agrava porque los periodistas del régimen son obligados a silenciar estos sucesos, ya que los medios de comunicación son víctimas de una creencia política, alimentada por la “casta”, que presupone que la publicación de la noticia de un suicidio provoca un sentimiento de imitación en quien, padeciendo las mismas circunstancias que el afectado, la lee o escucha. Esto lleva al silencio y a la censura, en unos momentos en que es fundamental conocer cual es la realidad del verdadero impacto de la crisis económica en las clases medias y trabajadoras de España.

viernes, 10 de mayo de 2013

No, no está bien...



Escribo esto sólo para decirte que espero que seas feliz, que disfrutes de tu vida, de tu futuro, que cuides tus palabras, podrías crearle ilusiones a alguien más... me pasó y no te culpo. Veía que les decías cosas igual de lindas a más chicos, pero pensaba que conmigo era especial. Pero vamos, estaba cegado, imaginaba más de la cuenta... estaba enamorado. Pero no te culpo, fui yo el del problema, fui yo el que te soñaba constantemente, fui yo el que no podía dejar de pensarte, fui yo el que lloraba de angustia cuando te desaparecías de repente, fui yo el del problema. Ahora veo que todos esos "te quiero" eran solo eso, una frase. Ahora veo que lo que parece común decir para algunas personas, para otras es todo un concierto. No quiero desahogarme completamente aquí, ya lo haré luego a mi manera... Espero que seas feliz. Creo que si tú sigues en mi vida no podré seguir avanzando, no podré pasar de página... fui yo el que se enamoró. Buena suerte. Aprendí que decir un "Adiós" esperando que sea para siempre es un poco tonto. Así que este es un adiós, pero un adiós común y corriente, un adiós para, si el destino lo quiere, volver a encontrarnos en un futuro. Pero es un adiós por el momento. Espero que seas feliz. Espero que te vaya genial en tu vida, que ahora toca preocuparme por la mía...
Perdón si no fui lo que tú esperabas, perdón si te decepcioné, perdón por haber sido tan molesto, perdón por incomodarte en la secundaria cada vez que te abrazaba, perdón por todo...
Adiós.




Por Ismael Herrera.

martes, 22 de enero de 2013

Ven


Ven y toma todo lo que hay en mí. Llévate mis sentimientos y moldéalos, hazme sufrir, que los guardé solo para ti y te los obsequio. Los quiero contigo, que en mi corazón sólo está de adorno, lleno de polvo implorando el retomo de alguien que los sepa utilizar.
Quiero llegar de una vez al mar, satisfacer mi alma con la transparencia de su agua. No puedo más, hasta aquí puedo llegar, no se donde está mi finalidad y no siento mis piernas, quiero acabar... ¿Dónde estás? es de noche y me siento inseguro aquí afuera, ven y canta cualquier canción, que tu voz me tranquiliza. Acuéstate en la arena y miremos que tan cerca estoy de las estrellas y así de cerca estoy para poder triunfar, para triunfar. Hazme saber si tus lágrimas de ayer ya no van a importar, porque si no, no sé por qué sigo aquí intentando hacerlas desaparecer.
Y después me levantaré y seguiré mi camino hacia el mar, hasta que pueda llegar... hasta que pueda llegar.


Ven y hazme sufrir que mi corazón está lleno de polvo.Quiero satisfacer la transparencia hasta llegar a acabar afuera.Canta que tu voz me tranquiliza y miremos así de cerca tus lágrimas, porque sigo aquí, intentando hacerlas desaparecer.

Ven (Ismael Herrera)


viernes, 18 de enero de 2013

A mi hermano.


He navegado sin rumbo, solo y sin saberlo;
he marchitado al tiempo con mis desplantes y sonidos.
He padecido el vértigo de la muerte en cada lágrima de mis noches... pero
Hoy me he dado cuenta que contigo la soledad es felicidad eterna.
(Deja que tu corazón vaya por delante, que el resto del cuerpo lo seguirá a donde quiera que vaya.)

He sacrificado al amor para renegar de su existencia.
He maldecido a mi suerte, siempre que me ha traicionado
pero con tu presencia hermano mío,
hasta el mismo infierno es dulzura y mis noches sabor a melancolía.

domingo, 13 de enero de 2013

Tu amigo que perdió tu amistad.

Hola preciosa, ¿Qué tal?... Siento mandarte un mensaje a estas horas, pero necesito contártelo de una vez... No me gustaría perder tu amistad, la valoro muchísimo, más de lo que crees. Y no quiero que te alejes de mí, ahora que tengo tu amistad. Se que ahora no hablamos mucho, que estamos en menos contacto, pero eso no quiere decir que me haya olvidado de ti. Jamás lo haría... Sería imposible olvidar a alguien que me ha echo sentirme bien conmigo mismo, aunque sólo fuese el tiempo que estuve allí, pero lo hiciste. Que me transmitiera tanto con una mirada, aprecio, cariño, amistad, valor, confianza... todo eso me hacía sentirme muy bien, me sentía acogedor, poder aferrarme en algo que no sea mis miedos, mis fracasos. Quiero que sepas que has entrado de una forma muy especial en mi vida, y no quiero pensar que me equivoqué al enamorarme de la persona que no era, no quiero pensar que regalé mi corazón a cualquiera, no quiero pensar que estoy metido en una cárcel, donde se supone que está llena de amor, y lo único que hay, es dolor, no quiero pensar nada, pero, es imposible. Cada segundo que pasa, me siento más perdido, cada segundo lo siento como un día de tortura, cada segundo me dice tu nombre, cada segundo se vuelve una eternidad. Eternidad, palabra fácil de entender, pero algo imposible... Es tan raro sentirse culpable, y no saber el porque. Es tan doloroso perder a alguien, que así como no podrías describir estar enamorado, no podrías describir la pérdida, la pérdida de alguien a quien has apostado, alguien con quien pensabas que ibas a soñar, alguien con quien deseabas tener algo, algo juntos. Nunca olvidaré esto, nunca volveré a abrirme como lo hice, nunca diré para siempre, nunca volveré a amar como lo hago, nunca más regalaré mi corazón, si es que lo puedo recuperar… nunca, nunca más. Si te puedo recuperar, no lo sé, sólo quiero dejar que el tiempo y la distancia hagan su papel, como siempre lo han hecho. Siempre han sido factores importantes, dos palabras que fueron esenciales parar poder algún día tenerte cerca, solo dos obstáculos causaron que dos corazones se separen, más de lo que ya están, causaron que las almas se alejen, causaron que las sonrisas se vuelvan llantos, y que las lagrimas blancas se vuelvan negras con sabor amargo, si, el sabor del dolor y tristeza. Me alegro de que alguien tan maravillosa haya entrado en mi vida, no puedo desear que esto no hubiese pasado, porque me cambió, y de eso estoy feliz. Aprendí a amar de verdad, y aprendí a tener más confianza en mí. Un día como hoy, normal y corriente, me encontré con la flor más bella del mundo, tan bella que, simplemente deslumbraba, pero, igual que el día que la encontré, se me cayó, y la corriente del río del olvido y dolor se la llevaron. Yo corrí tras ella, porque mi corazón solo rogaba llegar a alcanzarla, pero se me fue, y la perdí. Esa flor hace que siga respirando, con el solo deseo de que en algún momento se vuelva a alumbrar. Para alguien que me enseñó la falta que te puede hacer una persona, y el valor de la amistad y fidelidad. Sé que ni con mil poemas y textos podré recuperar tu cariño, porque quizás pienses que lo nuestro es algo imposible, pero es todo lo que siento en palabras. Sé que nunca leerás esto, pero me basta este escrito para decirte que te quiero y que te querré siempre.Tu amigo que perdió tu amistad.

Said.

Entre tú y yo siete tristezas se sorprenden
(alma marina, curiosidad de palabras,
pasos recientes, biberones nuevos,
un triciclo, dos dientes y una escalera).
Son los que dan partida a nuestros lazos
un mismo vientre y los mismos pechos
ahí nos conocemos, desde la fundación
desde las edades líquidas e intranquilas.

Yo te abrazo como el aire, como el agua,
mi sangre lleva tu sal y mi sal tu sangre,
somos semillas de un mismo huerto
frutos salidos de la misma humilde rama.


Tu corazón tiene latidos de paloma
y el mío te vigila con vista de águila
desde tu primer y tambaleante paso
hasta la ultima gota de la ultima lágrima.

Te miro, tan lejano a veces, solitario,
perseguido de raíces que no son tuyas
ni fronteras que no acercan distancias
y sin que sepas te abrazo como antes,
te beso como ayer o como mañana
y caminamos juntos, ya no de la mano,
ni vestidos de color marino a la par,
sino como hombres, con siete soles
y una luna separando nuestras edades
somos tres, la nombramos hermana.

 Eres el último atardecer de mis padres
el que canta cuando canto y toca guitarra,
el bastón de alguna herida, el compañero,
el dueño de las estrellas que una vez contamos,
el volantin blanco, el carrete y el hilo,
el dueño de todos los balones y el gol,
socio del mismo cuarto y del té por la mañana.

Antes que llegue el tiempo de las moradas,
cuando elija tu paso el camino del viento sur
y mi rumbo siempre norte siga su curso,
te abrazaré otra vez, quizas como ahora,
cuando las paredes me comen las palabras
y te besaré como mi hermano, niño siempre,
herencia de las uvas y del mar y sus algas
eres mejor que yo, yo soy tu hermano que te ama

Tú.

Tú, que careces de talento para preservar sus pocos episodios de felicidad, tenia una cosa: de vez en cuando el colectivo de replicantes te aburre y entonces los maltratas. A los que no piensan como tu los maltratas también. A veces hasta el punto de no poder cruzarte con sus ojos. Por vergüenza, por repulsa.
Lo ideal para él era encontrar pequeños proyectos de sí mismo. Personal con opinión cercana pero sin derecho al voto. Subordinados para copa y confidencias.
Él no amaba, envidaba. Necesitaba poseer para luego destruir. Por eso creo que hacía daño a quienes decía querer. No podía ni con ellos ni con sus momentos de felicidad. Años atrás había sido muy ignorado, se había sentido solo. Por eso creo que se hizo borde. Para que lo viera alguien.
El mandaba porque no entendía casi nada. Y cuando no entiendes las cosas, te equivocas tanto que tienes que escoger. O sigues pareciendo tonto a los ojos del mundo, o trampeas la carencia convirtiéndose en déspota.
Sé que le había gustado gustar, pero no pudo. Por eso acabó mandando: para poder existir sin tener que disculparse, para encubrir la torpeza, para disimular.
También creo que su esfuerzo por dejar de parecer el tonto e la clase fue excesivo y que acumuló con el tiempo demasiado odio, demasiada envidia, demasiada ira. Que perdió en el camino lo que le hizo amigo, y que llegó a maltratador y por un igual, al mismo tiempo. 
Y ya pareció listo.
Desde aquel día el mundo fuimos él y un montón de personas pequeñas. Y en poco tiempo los demás fuimos ya pequeños para la eternidad.
Como los adolescentes, se sentía superior porque pensaba que era el más desgraciado, que sólo él sufría.
Va a ser de esos que a los treinta y cinco no ha descubierto todavía que a partir de cierta edad los padres ya no tienen la culpa de nada. Y que no hay nada de inteligente en ser un borde, porque ganarse a pulse ser tan poco querido no tiene sentido. Por eso creo que la vida no le sentó bien.
Con quince años, cuando empezaron a tratarle, por soltar un chiste con algo de nivel había vendido a su madre. Pero su madre no estaba y entonces humillaba a quien fuera. El chiste no le salía y ofendía a la mesa. Siempre que fuera para lucirse estaba en su derecho. Eso creía. Algo así como esos profesores débiles que se mofan de un alumno para ganarse a los demás.
Para él fue siempre menos vergonzoso pisar una mano que tenderla. No por nada, porque sí. Porque sentía que a él le habían hecho lo mismo.
Por eso está solo. solo de mal acompañado. Acompañado de gente que se quiere marchar. Que ya no quiere hablar nada porque no quiere arreglar nada. De gente que te sonríe pero se escapa, que no te llama ni se sienta contigo a comer.
Lo que se dice querer, no creo que él haya querido nunca a nadie. Necesitar es otra cosa. Él necesita que le escuchen, le admiren, le chupen el rabo y que duerman con él. Pero a querer no le enseñaron. Por eso no sabe y por eso no le quieren a él.
Ninguno estamos cerca. Nos hemos marchado. Sin él se está siempre mejor que con él. Cuando suena el móvil y aparece su nombre nunca te hace ilusión. Hace mucho, después de mucho más tiempo, me llama por teléfono. No sé para qué llamó. Para lo que llama siempre: para saber si estás mal. Sus frases estaban llenas de amarguras, de resentimiento, de rabia, de desesperanza, de esfuerzo por herirte. Desprendía, como siempre, mucho asco por la gente y las cosas. Tanto que cuando colgué sólo me quedó el mal cuerpo, y la pereza de encontrarnos y el alivio de saberme lejos.
Copyright 2010 The Lie Of Life